Esta vez fue una comida familiar, reservada a través de restalo.com .
Comida Lo primero, las tostas con brandada a las que la casa invita mientras se deciden los comensales.
Desde hace un tiempo, la carta se ha renovado: han añadido algunos entrantes, han quitado algunas especialidades y han inaugurado una nueva sección de tapas y montaditos de las que os recomendamos las manitas de cerdo a la plancha con limón, las patatas bravas "L'Arruzz", los buñuelos de bacalao con salsa romesco [romesku] y nos sorprendieron con una especialidad catalana, una ración de calçots [calsóts], con todo lo que hacía falta: la salsa (romesco también) y el babero o babatel.
Los montaditos son una selección muy rica y original de los que destacamos (porque pudimos probarlos) el minimontadito de solomillo y la minihamburguesa de rabo de buey con mostaza de Dijon.
Esta vez no hubo duda con los arroces: un arroz a banda y uno negro (que sí era negro). Ahí tenemos que indicar que, pese a estar buenísimos, melosos y bien cocinados y que con all i oli [alioli] ganaban mucho, estaban algo salados (demasiado, incluso para quién os escribe esto).
Los postres, insuperables: sorbetes, crêpes, tirami sù, profiteroles, ... muy recomendables para llenar ese estomaguito accesorio que tenemos sólo para esa parte de la comida.
Trato personal Sin queja alguna. Sólo tuvimos el pequeño contratiempo de que sólo quedaban 6 calçots en vez de los 8 que venían en la ración pero no tuvo importancia porque éramos 5 y nos conformábamos con probarlos. La camarera se disculpó pero, insistimos, no tuvo importancia. Por todo lo demás, muy amables y correctos en todo momento.
Precio La cuenta, traída en una simpática paella de plástico, no superó los 27 € por boca (calculados convenientemente en el propio tique, cosa que se agradece mucho).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Cómo se te queda el cuerpo?...